Para ti, mi gran ilusión y mi gran tormenta.
Te fui idealizando, estudiando, creando y amando. Te di todo lo que estuvo en mis manos y principalmente en mi corazón.
Con toda mi esencia te dediqué la experiencia, el tiempo y el cariño.
Poco a poco fuimos caminando juntos y en algún momento nos soltamos. Aún no sé si fui yo quien quiso ir más rápido o quien se quedó atrás.
Después de reprocharte por tu falta de interés, de llorarte, de darte muchas oportunidades, de castigarme por esta frustración, he descubierto las maravillas que me has dado.
Que realmente sí fue un "dar y recibir", aunque no como lo esperaba. Hiciste algo aún mejor.
Llenaste mi vida con grandes personas, ahora buenos amigos. Me llenaste de sabiduría a través de tantos tropiezos. Me enseñaste a valorar aún más a quienes me rodean, hiciste que los lazos con mi familia se hicieran aún más fuertes. Me reuniste con viejas amistades y también fortaleciste esa relación.
No queda más que soltarte y agradecerte por esta extraordinaria aventura que vivimos juntos.
Y aunque no se para donde se dirige el camino en el que volveré a empezar, sólo puedo asegurarte que nos reencontraremos.
¡Gracias B!
laGuizar.
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