Después de hacer intentos constantes para crear un completo autosabotaje, decido hacer una pausa sólo por un minuto, dar un paso hacia atrás y observar en silencio. Decido buscar y encontrar la paz interior.
Decido reconectar para reencontrarme.
Vuelvo a encontrarme con un mundo lleno de personas maravillosas, personas que saben estar contigo cuando simplemente no tienes ganas de seguir, personas que te dan la mano para salir adelante en el momento que sientes la seguridad de hacerlo.
Con mi fe intacta la esperanza, la ilusión, los sueños, la imaginación para crear y la fuerza, han renacido a través de los detalles más sencillos del día a día. Hoy reconozco que sobran razones para seguir, sostengo que existen todos los motivos para sonreír, para volver a creer, para volver a vivir.
Dicen que uno siempre vuelve a los lugares donde amó la vida, afirmo que más que volver a esos lugares, decides volver con las personas que amaste esa parte de tu vida. Decides recordar y recrear esos momentos con la esencia pura del ser amado.
Olvidar los malos momentos, abandonar las falsas y bajas ilusiones, dejar ir lo que no te hace bien, acariciar la sencillez que podemos encontrar todos los días para amar la vida.
Resulta elemental saber recordar los momentos buenos, la clave es saber hacerlo, y es esencial perder el miedo a crear nuevos recuerdos.
Seguramente ni con todas las palabras del mundo consiga definir lo que veo, lo que siento y lo que significa esta nueva conexión conmigo misma y con la vida y sus pequeños instantes que se vuelven fundamentales para fluir, disfrutar y encontrar la paz.
-laGuizar.
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