Después de aparentar estar bien y fingir que puedo controlar cualquier situación, reconozco que estoy estancada, que por mucho que camino no logro avanzar, que no logro ver la luz al final de este pasillo tan obscuro, que sigo con el anhelo de que llegue el momento de despertar de esta terrible pesadilla.
Hoy me quito esta máscara, esta falsa sonrisa que forzosamente tengo que usar día tras día con el único objetivo de tratar de aparentar estar bien, con el objetivo de proyectar tranquilidad y fuerza para lograr andar.
Me desnudo, me expongo y admito que soy una mujer que siente impotencia, una mujer que no sabe cómo seguir, una mujer incompleta. Una mujer que hoy simplemente no tiene ganas seguir.
También confieso que justo en este momento de mi vida, no veo alguna ilusión, no encuentro algo personalmente que me motive, algo que me impulse para dejar de estar caminando sin rumbo y verdaderamente avanzar en la vida. Algo que me vuelva a la vida.
En este momento tan difícil, tan lleno de incertidumbre, de desesperanza, de desilusión y de frustración, sigue el deseo de lograr escuchar esa voz llena de experiencia, esos sabios consejos. El deseo de escucharte a ti.
Hoy me pregunto, ¿qué es lo que se supone debo aprender de este capítulo de mi vida? En realidad no le encuentro sentido a nada.
Hoy sólo quiero encontrar el botón de reiniciar para ver si así logro entender, para ver si con eso es suficiente para poder seguir, para tener un nuevo comienzo y resurgir a la vida.
laGuizar.
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