Ha pasado casi un mes de tu partida y aún no logro aceptar el hecho de que ya no estás. Aún no logro aceptar que perdí un pilar de mi vida.
En estos momentos de profundo dolor, sólo tengo palabras para agradecer.
Agradecer a Dios porque te tuve como amigo, como un ejemplo a seguir y como papá.
Agradecerte por todo tu amor, por todo tu apoyo en todas las decisiones que tomé, por todo tu trabajo y esfuerzo que hiciste a lo largo de tu vida para ayudarnos a salir adelante, por impulsarnos a seguir nuestros sueños y alcanzarlos, agradecerte porque nunca nos hizo falta nada.
Agradecerte por todo lo que me diste, por el ejemplo que fuiste y seguirás siendo. Porque con tus palabras y principalmente con tus acciones me fuiste guiando, me fuiste enseñando cómo ser mejor persona, cómo ayudar a los demás, cómo amar incondicionalmente, me fuiste enseñando a saber ser y saber estar...
Haré lo que sea necesario para que te sientas orgulloso. Lo haré con la fuerza, la sabiduría y la luz que nos mandes desde allá arriba. Tú te ganaste el cielo.
Aún no puedo seguir sin ti.
Tan sólo quisiera un momento más contigo para abrazarte y recordarte lo mucho que te amo, para decirte lo mucho que hoy me haces falta, que te necesito, lo mucho que te extraño...
PD: Yo más, poquito.*
-laGuizar.
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