Todo se comenzó a poner en pausa, mi corazón cada vez latía más despacio. En un instante, todo cobró total sentido.
Fue un momento que, para ser honesta, jamás idealicé no andaba buscando nada de lo que pasó aquel día. Reconozco que algo clave es la aceptación y confianza en la vida dejándola que sea. Esto fue factor para que todo sucediera tal y como tuvo que ser. Perfecto y hermoso con un amor tan sólido y real que te contagia hasta las lágrimas.
El efecto dominó derriba todas las piezas de aquello que vas formando... ese camino, esas acciones, esas personas. Todo colapsa y muchas veces queda una catástrofe en la zona de derrumbe.
Hoy veo la maravilla de toda esa demolición y reconstrucción que tuve que hacer en mi vida para ser quien soy hoy.
Muchas decisiones que tuve que tomar, los límites que tuve que establecer. Todos los procesos que he atravesado para poder reconocer mis propios valores y pilares.
Al final, no se trata solo del anillo de compromiso, es el compromiso que siempre debes tener primero contigo mismo. Después, el compromiso con tu pareja. Estar bien uno, para poder ser dos.
Se trata de hacer en conjunto las bases sólidas de la relación, los cimientos y poco a poco diseñar y construir una vida juntos, esa vida afín. Pláticas incómodas, trabajo diario, detalles, aprender a comunicarse con el lenguaje del otro, honestidad, empatía y amor. Siempre vincularse desde el amor.
Yo estaba en perfecta paz, en amor y en modo feliz con mi vida... confieso que es una felicidad que no estaba buscando y no sabía que se podía sentir así.
laGuizar.
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