Me aferré a la idea de que mi pasión y mi creatividad serían las responsables de sacarme adelante y que por puro capricho mío, ellas debían mantenerme económicamente porque yo me contaba la historia de que así funciona una vida adulta responsable.
¡Vaya carga! Me queda claro que no funciona igual para todos, al menos no para mi.
Hoy entiendo que la única persona que puede sacarme adelante y que tiene completa responsabilidad sobre ello, soy yo y nadie más. Que si no es la forma en la que pensé que sería, encuentro el medio para lograrlo. No importa qué, ni cómo, sólo alcanzar esa idea, esa vida que quiero para mi misma.
Deslindo a mi pasión, me deshago de esas creencias y de esos cuentos de mi propia autoría, donde me dejaba en un papel secundario y a veces hasta de espectadora. Acepto mi papel protagónico, acepto mi evolución, me acepto hoy total y plenamente.
Me reconozco frente al espejo para apreciar el camino recorrido y creerme capaz de lograr todo lo que hoy sueño, con los pies en la tierra y un camino ya trazado, plasmo nuevas ideas, nuevos comienzos, nuevas metas para alcanzar esos desafíos.
Hago las paces y le doy libertad a mi pasión para volver a mi cuando ella crea conveniente, cuando sea su momento de reencontrarnos, por mientras sigo trabajando en ser mejor para mí y para ti.
-laGuizar
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