Esta mujer.
Esta mujer muchas veces frágil, algunas otras rota pero al fin una mujer firme y fuerte.
Esta mujer que sin importar nada cada mañana se levanta con el optimismo, la esperanza y la sonrisa bien puesta para ella y para quien se cruce en su camino.
Esta mujer que con nervios, miedos y un montón de fracasos decide una vez más intentar y arriesgar todo por ella y por los suyos.
Esta mujer que día a día sueña, lucha contra sus propios demonios, reta sus propias ideas, se entrega, persiste y confía en el camino que elige a diario, porque un día llegará...
Esta mujer que aunque sigue tropezando, sigue avanzando.
Esta mujer que a veces siente perder el rumbo, vuelve a su origen para continuar.
Siempre presente y siempre consciente.
Esta mujer que no tiene mucho más que el agradecimiento total, el apoyo incondicional y el amor real en toda su naturaleza para derrochar con quien valora su esencia.
Esta mujer que soltando todo, incluso sus miedo más grandes, se enorgullece de ser quien es, de ser esta mujer.
Que día a día aprende a elegir sus batallas, aceptar sus derrotas y contemplarse ante su propio espejo para saberse segura, luchona, con la fe intacta y siempre capaz de reconocer sus propios logros.
Cada mujer que día tras días aprende a ser ella misma, cada mujer que muchas veces pelea sus propias guerras en silencio, cada mujer que exige el mismo respeto que da a los demás, cada mujer que aprende a saber qué es lo que merece y ponerse como prioridad para cuidar su propia integridad.
Esta mujer que sin importar nada, entrega su corazón a cada paso.
laGuizar.
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